miércoles, 26 de octubre de 2011

Sangre, sudor y zumo de papaya.

“Llevo 2h de pie, intntando q m arreglen l pen, luego Kolbi. Si no stoy cuando llegues a ksa, llama al hospital pq m ha dau 1 jamacuco o a la poli pq m han dtenido. Sácame de aki, voy a comter 1 locura”

      Corro a Kolbi*. Cuando llego, un círculo de curiosos rodean la escena. Tomo aire; me temo lo peor.
     En medio de la tienda, la dependienta, horrorizada, mira a su alrededor como pidiendo ayuda; el pánico le impide articular palabra. Una gota roja se desliza suavemente por su cuello. Reconozco el zumo de papaya que preparé esta mañana. Con un casco de botella roto, mi hermana le aprieta la yugular. Al verme, sonríe y grita:

     -¡¡¡He dicho que no me voy de aquí sin internet!!!

El guarda de seguridad se acerca con cuidado y trata de tranquilizarla.

     -Si das un paso más, la mato.


Minutos antes…

      -Buenos días. Hace una semana que contraté internet y aún estoy esperando a que me funcione.
      -Aquí tiene –deslizando un papelito con el número 77.
      -No, perdone, creo que no me ha entendido bien. Le repito que llevo UNA SEMANA esperando a      que me funcione internet. Es la décima vez que vengo y no pienso hacer ninguna fila –le devuelve el papelito.
      -Pero es que…
      -¡Pero es que nada! Avise a quién tenga que avisar.

      La dependienta desaparece detrás del mostrador. Al regresar, le asegura que en seguidita llega la jefa.

15 minutos después…

      -Perdone, lo de que viene la jefa, ¿lo dijo para mantenerme calladita o realmente va a venir?

Al momento, aparece la jefa y le señala donde sentarse.
     -Mire, yo lo único que pido es que me funcione internet.
     -Si claro, usted verá… es que el wi fi depende de la conexión… de dónde esté… y claro, si hay mucha gente usando internet con el celular… pues la señal se reparte.
     -¿¿¿Me está diciendo, que mi internet depende de cuanta gente esté utilizando internet en su móvil en ese momento???
     -Así es señorita.
     -¡Pero si todo cristo utiliza internet en su móvil!
     -Ya mira… yo es que creo que el problema es del pen**.
     -¿¿Del pen?? Llevo dos horas de pie, arreglando el puto pen y por fin he conseguido que funcionase perfectamente. Así que no me diga que es culpa del pen.
     -Ah… pues… pero, ¿su contrato es de prepago?
     -Sí.
     -Claaaaro, es que funciona mejor el postpago.
     -Ya, pero resulta que su empresa, como soy extranjera, no me permite contratar un servicio postpago.
     -Y… ¿usted no conoce a nadie que pueda…
     -¡¡Noo, no conozco a nadie aquí!!
     -Ya, es que el postpago funciona mejor.
     -Sí, eso ya me lo ha dicho, no hace falta que me lo pase por el morro. Dígame qué coño hago con el prepago que ya he contratado.
     -Es que el prepago siempre da problemas en el pen.
     -¿Y eso no me lo podía haber dicho antes de pagarlo?
     -¡Ah! Yo no sé quién se lo dijo, señorita. Yo no fui.
     -¡Pues ese, ese y esa me lo dijeron! –señalando a cada ventanilla- Como ya he pasado por todas…
     -Ya, lo siento señorita, pero yo no puedo solucionarlo.
     -Y, ¿me puede decir qué cojones quiere que haga yo ahora con este pen que me costó 23 dólares y estas dos tarjetas de 5000 colones?

La dependienta se encoge de hombros.
     -Vamos, que me los meta por el culo, ¿no?

Mi hermana recoge cada uno de los objetos que ha tirado sobre la mesa, los mete en la mochila, saca el zumo de papaya, bebe un trago y, cuando parece marcharse, se gira bruscamente, rompe la botella encima de la mesa, mira al cielo y exclama:
     -¡Ni de coña! ¡¡¡¡De aquí no se mueve ni dios hasta que yo no tenga mi internet!!!!


     Y ahí estaba yo, salpicada de sangre, viendo como mi hermana acababa con todos uno a uno. Al de la ventanilla 1, le electrocutó estampándole la cara contra la pantalla del ordenador. Al de la ventanilla 2, le grapó los dedos al teclado del ordenador. A la de la ventanilla 3, le rajó la córnea con las tarjetas prepago. A la de la entrada, le hizo tragarse, uno a uno, los numeritos impresos en papel del 1 al 77. Y, a la dependienta, por supuesto, le rajó el cuello con el cristal. Su cabeza rodó por el suelo hasta mis pies. Sin dudarlo, la aplasté de un pisotón.

       -Vamos Pichu, ahora tendremos menos gente con la que compartir nuestra cobertura.


Epílogo:
De camino a casa, mi hermana interrumpe el chof chof de la suela de nuestros zapatos:
     -Por cierto, siento lo de tu zumo de papaya.


*Kolbi: empresa costarricense de telefonía e internet.
** Pen: en Costa Rica, llave maya.

jueves, 20 de octubre de 2011

¡Dios mio, esto es eterno!

El silencio era sepulcral. Sentadas en un banco de madera, mirábamos hacia el altar. La figura de Jesucristo presidía la instancia. No eran feligreses los que allí nos congregábamos, pero sí esperábamos una llamada.  “Siguientes” avisó el policía. Los del último banco, en silencio, se levantaron en fila y salieron de la Iglesia. El resto seguimos esperando nuestro turno para solicitar el comprobante de huellas dactilares.

Acostumbradas en España a largas colas en salas grises, bajo la luz tenue de un fluorescente, la espera en una Iglesia resultaba más llevadera. Aprovechar un edificio público para un fin, también público, pero distinto al habitual, nos hizo pensar en lo entretenido que sería guardar turno para renovar el DNI, sentadas entre “Veinte mil leguas de viaje submarino” y “A sangre fría”. Las guarderías, se llenarían de ancianos pintando con ceras, mientras esperan recibir la pensión de jubilación. Y qué irónico sería, firmar la cartilla del paro, después de observar las pinturas negras de Goya.

Pero volviendo al tema del uso temporal de una Iglesia para fines burocráticos, ¿qué sería de los musulmanes?, ¿y de aquellos que se niegan rotundamente a entrar en una Iglesia? Que necesitarían paraguas para esperar bajo la lluvia.

A las 15h abrimos los nuestros, la misa había comenzado y la cola se trasladó al exterior. Sin libros que leer, ceras con las que pintar o cuadros que contemplar, decidimos conversar:

 - ¿Y usted para qué necesita el comprobante de huellas?

- Para obtener la licencia de armas.

- ¿A qué se dedica?

- Tengo un negocio en una zona conflictiva. Además, soy pastor.






domingo, 16 de octubre de 2011

A lo lejos, la otra orilla

Día 1.
10:30, Madrid. Lo necesario, en bodega. La una y la otra, en reposo. Un hombre sin nariz también reposa.
10 horas después, Atlanta. Primeros síntomas de cansancio. Paquete de Coronas. El hombre sin nariz, paquete de Ducados.
3 horas después y 8 horas antes, San José. Llegada a destino. Gran reposo.
                Día 2.
6:30. Ducha a elegir entre: poca presión/alta temperatura o mucha presión/baja temperatura.
Abastecimiento de víveres. Avistamiento de OPNI (Objeto Peludo No Identificado) (ver foto).
Tras dos horas sentadas frente a una chica, sentada frente a un ordenador, primera misión completada. Obtención de dos cuentas bancarias: una en colones,  otra en dólares. La señora de atrás no tiene tanta suerte: “aaah, ahora no le pueden atender, que el responsable se está tomando un cafesito… tendrá que esperar media horita”.
20:00. Llueve. Llamada de El Superior, “sí, hemos completado misión. No, alojamiento no encontrado.”
Gran reposo.



Día 3.
6:30. Chubasquero y botas. Preparadas para reconocimiento del terreno: árbol, bache, ¡piiiii!, vendedor de mandarinas, Taco Bell, cine, casa con rejas, ¡piiiii!, señora con paraguas, Taco Bell, estudiante, charco, agujero, vendedor de manita rasca-rasca, árbol, coche, fuente, academia de inglés, Taco Bell, bus,  parqueo público, ¡piiiii!, señora que vende lotería, Teatro Nacional, árbol, flores, taxi rojo, academia de mates AMP (actitud mental positiva), ¡piii!, árbol, ¡piiii!, Taco Bell, ¡piiii!, cartel de “Maridos de alquiler”, tienda de celurares, publicidad de Movistar, parque, señal de “Alto”…
18:00. Llueve. ¡Piiii! En plena carretera, el tren circula. ¡Piii! Sin barreras. ¡Piii! Los coches que lo oyen, se apartan.
20:00. Reporte a El Superior (E.S), “toma de contacto, realizado. No, alojamiento no encontrado.”
Gran reposo.

Día 4.
6:30. Llueve. Segunda misión: obtención de papeles oficiales (tininininí, paun paun paun… planta rodadora). Caminar hasta “Casa amarilla” (Ministerio de Asuntos Exteriores). Tras 30 min. de espera “le faltan los timbres para la legalización de documentos, señorita”. Opción 1: caminar hasta el Registro Civil (20 min), hacer cola (3 horas), comprar los timbres (10 min), caminar de regreso (20 min). Opción 2: caminar hasta la esquina (1 min), localizar a la señora de camiseta amarilla (30 seg), comprar los timbres por 350 colones más (2 min), caminar de regreso (1 min). Opción 3 (la recomendada por el señor que dice trabajar para la señora de la camiseta amarilla), mismo procedimiento que la opción 2 pero cambiando de esquina, de señora (ésta lleva una gorra roja) y de precio (200 colones más barata que la opción 2). Vuelta a la Casa Amarilla, sellado de timbres, documentos legalizados.
Caminar hasta la Embajada española: cola en el exterior del edificio, muestra de cédula de identidad/pasaporte, acceso al interior, cola en el interior del edificio. Inscripción realizada, “vuelva usted el miércoles a por el comprobante. Ese otro papel ha de legalizarlo en la Casa amarilla”.
Caminar hasta “Casa amarilla”, comprar timbre a señora de la gorra roja, entrar, sellar, salir, despedirse de la señora de gorra roja. Fin de la misión 3.
20:00. Llamada de E.S. “no, no tenemos alojamiento…pero lograda misión 3”.

Día 5.
6:30 del 15-O, la una y la otra despiertan con Estado de Malestar. Atraviesan la entrada de una tienda de móviles, custodiada por un guarda de seguridad, y salen con dos números de teléfono y una misión más en el bolsillo. Llueve.
13:00. Degustación de comida tica, rica, rica. Zumo de tamarindo incluido.
19:55. Llamada a E.S. “le informamos de que ya tenemos nuevos números de teléfono. También tenemos nueva dirección, por si se lo preguntaba”.

¡EXTRA BONUS!.  Objeto Peludo Ya Identificado: Mamón chino. Pelado y comido.