sábado, 2 de junio de 2012

ECUADOR-PERÚ-BOLIVIA

*SEGUNDA PARTE: Iquitos.
Ruta seguida: Huaraz-Lima-Iquitos.


Hace seis años marqué un lugar en mi mapa mundi.

A Iquitos no se puede llegar en coche. A Iquitos solo se puede llegar en coche. A Iquitos solo se puede acceder por aire o por mar. Y al Gobierno no le interesa volar ni navegar.
En Iquitos hay naúfragos. Algunos viven en la ciudad, otros en la jungla. En la época de lluvias, cuando el río crece, sus casas de madera se convierten en islas que flotan alejándose unas de otras. Los perros mueren de hambre en las ramas de los árboles, los cultivos mueren ahogados bajo las aguas del río, pero los naúfragos saben pescar. Hay cuatro meses en los que la lluvia cesa, entonces las casitas de madera quedan varadas en el fango y sus habitantes caminan hasta el mercado para vender lo cultivado.
En Iquitos hay turistas, algunos están de paso, otros se quedan a vivir. Los primeros pagan por hacer tours a la jungla, por practicar el ritual de la ayahuasca o por navegar en el Amazonas. Los segundos montan hostales y restaurantes para los primeros, les preparan shows callejeros o les venden pulseras o pendientes. Ambos caminan en tierra firme.

Ayer marqué un lugar en mi memoria.

*Para el sensei que me indicó donde quedaba Iquitos.


                                                                                      Foto: Marta Sánchez Fernández.