jueves, 26 de julio de 2012

UNA HISTORIA MACABRAMENTE SENTIMENTAL


Todas las mañanas, cuando sale de casa, Antonio, el guarda, le pregunta: ¿Qué tal va? Esa mañana la miró extrañado y le preguntó: ¿No te falta algo? Con un ademán de no saber a qué se refería salió con prisa de casa. Al doblar la esquina, Jesús, siquirreño* seguidor de la selección española, le preguntó con la misma cara de extrañeza que Antonio: Te noto rara, ¿no te falta algo? Enfadada por la insistencia siguió su camino hasta el hombre que vendía tomates. Cuando le pidió 3 kg. por 1000 colones, el hombre, desafiante, le dijo: ¿Para qué los quieres? Extrañada por la pregunta contestó sin pensar: Para rallarlos y untarlos en pan tostado. ¿Cómo piensas rayarlos con un solo brazo? ¿Cóoooomo? respondió estupefacta al tiempo que se miraba el brazo izquierdo, mejor dicho, miraba donde debía estar su brazo izquierdo pues el hombre que vendía tomates tenía razón, ahí no había nada salvo un geiser sanguíneo que le golpeó en la cara; miró hacia atrás y vio que todo el camino que había recorrido estaba salpicado con su sangre.

Caminaba rápido tratando de no pensar en el muñón sangrante de su brazo, aunque en el fondo sabía que no sería lo único que le faltaría. Al llegar al mercado la gente se le quedaba mirándola como si de un mutante se tratara: los hombres se fijaban en ella con asco, los padres tapaban los ojos a sus hijos y las mujeres bajaban la mirada disimulando su aprensión; aún así, todos y cada uno de ellos acabaron bañados por el líquido rojizo. Ella se daba cuenta, sin embargo se había empeñado en cocinar olla de carne así que, ignorando la expresión atónita del frutero cuando la hemoglobina le mojó el bigote, le pidió chile panameño, tiquisque, yuca y ñame*. Al contrario que en otras ocasiones, el hombre la despachó tan rápido como pudo y además no le regaló ninguna fruta. Avergonzada y resignada salió del mercado escondiéndose entre las sombras de las callejuelas para evitar las miradas acusadoras. A mitad de camino se sentía agotada pero ¿qué podía hacer si solo tenía la pierna derecha? Se sentó en medio de su propia sangre para coger aire y hasta eso le resultaba difícil ya que sólo contaba con un orificio nasal, lo bueno es que solamente tenía que llenar un pulmón. Al llegar a casa Antonio, que extrañamente llevaba puesto un impermeable, ni la miró, y ella se arrepintió de todas las tortillas de patata que le había preparado durante ese año.

Con el portátil bajo el brazo se acercó al bar “Un lugar”, una Pilsen le ayudaría a cicatrizar las heridas. Cuando se la terminó sus heridas habían dejado de salpicar, sin embargo una enorme nostalgia le invadía el cuerpo (lo que quedaba de él), por lo que decidió pedir otra cerveza, esta vez acompañada por unos nachos. Cuando se lo sirvieron se conectó a Internet, y en seguida, recibió una llamada por Skype. Descolgó impaciente y mientras se llevaba a la boca unos nachos con natillita (y algunos coágulos resecos) contuvo la respiración esperando a que cargara la webcam de su interlocutor. Entonces se le saltaron las lágrimas: ahí, en su pantalla, estaba la mitad que le faltaba.




*De Siquirres: precioso lugar en el Caribe de Costa Rica.
*Raíces imprescindibles para una buena olla de carne.

6 comentarios:

  1. Me gusta ese "no duele" con abundante salsa de tomate.

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  2. En el lugar donde habitaban fantasmagóricos sueños, el espíritu se ha hecho carne y se oye una canción infantil que dice “santa rita, rita, rita, lo que se da no se quita”

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  3. Como pudieron dejarla volar en avión sabiendo que dejaba mutilada a su otro yo en zona tica...No me lo explico muchachas. Con la piel de gallina y un poco de ese liquido bermellón por dentro; así me he quedado con la una sin la otra y la otra sin la una...
    RO

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  4. ¡hostiaaaaa!demasiao para mi.la mamma

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  5. De costa rica a madrid,pasando por cuba,atlanta,portugal y demás,puede apreciarse desde el cielo una delgada linea roja.
    La una..o la otra

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  6. me ha encantado ^^ sin mi mitad, yo también sangraría
    San

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