miércoles, 2 de noviembre de 2011

Desde otro punto de vista.

Me estoy duchando. Cabeza…ya está. Cuerpo…allá vamos. A ver… ¿dónde he puesto el jabón? Lo cojo. Ah, que bien, hay un bicho debajo.

-        Y tu ¿qué haces aquí?

-        A eso lo llamo tener modales. Gregorio, me llamo Gregorio. Encantado.

-        ¿Samsa?

-        ¡Claro!


El salón me aburre. Busco a Gregorio, parecía majete.

-        ¡Gregoriooo!

-        No, yo no soy Gregorio. Gregorio está debajo del sofá.

-        ¡Ah, estás aquí! ¿Qué te parece la nueva tela que le he puesto al sofá? La que estaba antes me parecía un poco hortera y, ya sabes, cuando uno llega nuevo a un sitio…le gusta darle su toque personal.

-        Yo también acabo de llegar. Llevo aquí solo dos semanas.

-        Pues se te ve muy desenvuelto.


Gregorio sonríe.

-        ¿De qué año crees que es este periódico? –pregunta.

-        ¿Qué periódico?

-        El que está debajo del sofá.

-        No veo ninguno.

-        Sí mujer, justo debajo de la pata.

-        Es que sin gafas no lo veo.

-        ¡Claro, miopía! Ahora me explico lo del polvo de esta esquina.


Me sonrojo, ¡lo que me faltaba! un bicho dándome clases de limpieza. Trato de cambiar de tema.

-        ¿Tienes hambre?

-        Pensé que no me lo preguntarías nunca. Tu vecino ya está cocinando desde hace tiempo.

-        ¿Cómo lo sabes?

-        Se le han empañado los cristales.


Voy a la cocina. Abro una Imperial*, le sirvo un sorbito en la misma chapa y el resto de la botella para mi. Desde la cocina le escucho preguntarme por las hojuelas de plátano*. De vuelta al salón nos sentamos a tomar nuestro aperitivo. Le hablo pero no me escucha. Está mirando fijamente por la ventana.

-¿Qué estas…?

- ¡Sssssh!


Observo como un colibrí se posa sobre la planta roja.

-        Sólo se posa una vez al día.

-        ¡Dos semanas solamente y ya conoces esto mejor que yo!

-        Hombre, teniendo en cuenta que arriesgo mi vida cada vez que cruzo el salón…estar atento es cuestión de supervivencia. Toda una aventura.

-        ¿Aventura cruzar el salón?


El bicho se pone melancólico.

-        Cada vez que asoma la fregona siento el acecho de calamares gigantes surgiendo de las profundidades, el limpia cristales…uf…¡peor que cualquiera de aquellas tormentas!

-        ¿Aquellas?

-        Sí hija sí, antes de bicho fui marinero, y crucé mil mares, y descubrí lugares asombrosos, y conocí sus gentes, y sus costumbres, y el mundo se redujo, y decidí reducirme yo también, y así el mundo volvió a crecer.




Dedicado a 89 decibeles, que hace del mundo un lugar más grande.



*Cerveza de San José.
*Aperitivo de plátano frito.

10 comentarios:

  1. El mundo vuelve a crecer pero sigue siendo el mismo mundo ¿no? Pobre Gregorio. En fin, tened cuidado de no matarlo sin querer.

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  2. Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, que todas las que pueda imaginar tu filosofía.

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  3. ¡hijitas mías se os está yendo algo!¿que será lo próximo?Mientras sean bichitos y no monstruos...aunque esos ya los tenéis dentro.La tía xula.Bueno,vale,la mamma

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  4. ¿Pero entonces te ha gustau o no? Sabemos que eres de las que sí :)

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  5. ¡pues claro!soy vuestra seguidora más fiel junto con guado¡guau!os quiero.La mamma

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  6. Hamlet. Primer acto, escena quinta.
    ¿Las hay que no?
    ¿Guado? Wado.
    Recomedado:89decibeles.com

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  7. Pobrecitas...solo unos dias y ya estan cazando gregorios!!!cuidaos sobrinas!!!!

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  8. Jo, perdida en plan Lost.
    Por cierto, ¿cómo hacen los aulladores?
    ¿Y la Pichu qué?

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